Transición energética: acelerar el desarrollo de cadenas de suministro industriales europeas
El informe «Energy transition strategic supply chains. Industrial roadmap for Europe and Italy» elaborado por la Fundación Enel y The European House - Ambrosetti en colaboración con Enel, destaca la potencial ventaja competitiva de la Unión Europea en términos de mayor eficiencia y calidad de los productos fotovoltaicos.
Acelerar el desarrollo de cadenas de suministro industriales europeas e italianas en sectores estratégicos para la transición energética, como el sector fotovoltaico, las baterías y las bombas de calor, para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por Bruselas. El objetivo es garantizar mayores niveles de seguridad energética y autonomía estratégica a los países de la Unión Europea. Estas son algunas de las ideas que se desprenden del informe «Energy transition strategic supply chains. Industrial roadmap for Europe and Italy» elaborado por la Fundación Enel y The European House - Ambrosetti en colaboración con Enel. El estudio se presentó a principios de septiembre durante la 49ª edición del Foro de Cernobbio.
Objetivos para 2030
El análisis muestra cómo, para avanzar más rápido en el proceso de transición y descarbonización, la Unión Europea debe desarrollar e implementar una nueva visión estratégica que sitúe en el centro de la transición energética la creación y el fortalecimiento de una base tecnológica e industrial local integrada y coordinada. Al reconocer la necesidad de actuar de forma rápida y eficaz para cerrar la brecha con los competidores internacionales, principalmente China, las instituciones europeas y de los diferentes Estados han identificado una serie de objetivos para 2030 que deberían permitir a Europa reforzar la seguridad y la sostenibilidad de su sistema energético, garantizando al mismo tiempo importantes beneficios socioeconómicos.
«El proceso de descarbonización representa una oportunidad única para apoyar importantes sectores industriales de nuestra economía y reducir la dependencia de países extranjeros», explica Nicola Lanzetta, director del Grupo Enel Italia. «Un objetivo realista siempre que se modernice, desde un punto de vista sostenible, toda la cadena de valor». Valerio De Molli, Managing Partner y CEO de The European House – Ambrosetti, añade: «Para aprovechar en su totalidad los beneficios de la transición energética actual, no basta con realizar grandes inversiones en infraestructuras, sino que también es necesario desarrollar los conocimientos de empresas locales y reforzar los sectores industriales “ecológicos”.
Este proceso tiene una gran importancia estratégica ya que nos permitirá apoyar el crecimiento esperado para los próximos años, reduciendo al mismo tiempo la dependencia tecnológica de terceros países. El estudio destaca cómo un uso eficaz de los fondos disponibles, procesos de producción sostenibles ambiental y socialmente, una mayor capacidad de reciclaje, la Investigación y el Desarrollo además de la innovación son los principales factores de los que la Unión Europea e Italia disponen para activar el desarrollo de cadenas de suministro locales de energía fotovoltaica, baterías y bombas de calor.
En el mercado actual, con una fuerte penetración de productos fabricados en China, el análisis destaca cómo la Unión Europea puede tener una ventaja competitiva vinculada a la calidad de los productos fotovoltaicos Made in Europe. De hecho, el Viejo Continente se caracteriza por su gran capacidad de investigación y desarrollo en el sector fotovoltaico. Si esta capacidad se tradujera en productos industriales eficientes y de gran calidad, podría representar un gran impulso para todo este mercado.
Si se aprovechan estas oportunidades y se llevan a cabo los proyectos anunciados dentro de los plazos, Italia y la Unión Europea podrán, en 2030, satisfacer más del 50 % de la demanda de paneles fotovoltaicos, aproximadamente el 90 % de la demanda de baterías y más del 60 % de la demanda de bombas de calor, para poder alcanzar así los objetivos de la denominada Net Zero Industry Act (NZIA)».
Concentrar la producción en Europa
Italia y Europa se han marcado objetivos ambiciosos en el desarrollo de fuentes de energía renovables y la electrificación del consumo final. Sin embargo, las cadenas de suministro de tecnologías clave para lograr la descarbonización están muy concentradas fuera de Europa, principalmente en China (de media, el 65 % del total), donde los costes de inversión en cadenas de producción de tecnologías ecológicas son significativamente más bajos.
Construir plantas de producción de módulos fotovoltaicos en Italia, por ejemplo, cuesta hasta cinco veces más que en China. Puede decirse lo mismo de la construcción de gigafactorías para la fabricación de baterías. Se estima que los costes de inversión en los países de la UE son un 33 % más altos que en China. El plazo de tiempo necesario para su construcción también es diferente: se tarda más de tres años en construir una fábrica de módulos en Europa, mientras que en China se puede ver construida una nueva fábrica al cabo de uno o dos años. En cuanto a las materias primas, en Europa no se produce polisilicio, lingotes o láminas y, por lo tanto, tampoco se fabrican celdas ni módulos fotovoltaicos.
Todos estos aspectos críticos podrían repercutir en los objetivos de descarbonización. De hecho, Europa debería alcanzar 30 GW de capacidad de producción al año en todas las fases de la cadena de suministro fotovoltaico, así como al menos 550 GWh de capacidad de producción en la cadena de valor de las baterías y 31 GW en las bombas de calor.
Por lo que respecta a las tecnologías de producción de energía, el mayor aumento de la capacidad instalada en Europa se espera para el sector fotovoltaico, la tecnología de generación más barata entre todas las disponibles: se espera entre 2021 y 2030 que la UE registre un aumento de 432 GW en la energía solar, frente a los 323 GW en la energía eólica. La previsión para Italia en este mismo periodo se sitúa en un aumento de 58 GW en la energía solar frente a los 25 GW en la energía eólica.
Medidas para reactivar la producción y los beneficios
El estudio también propone las principales medidas políticas para alcanzar estos objetivos, como el uso eficaz de los fondos públicos actualmente disponibles, el fortalecimiento de procesos de producción sostenibles desde el punto de vista social y medioambiental, la adopción de políticas ambiciosas en cuanto al reciclaje de materiales y de economía circular, el desarrollo de procesos cooperativos de innovación en Europa y, por último, la definición de un marco fiscal y regulador transparente y estable.
Una vez definidos los escenarios de crecimiento de la capacidad de producción europea y nacional previstos por la NZIA para 2030, el informe destaca los beneficios socioeconómicos derivados de la creación y el fortalecimiento de cadenas de suministro industriales en los sectores analizados. Si se tienen en cuenta tanto los beneficios netos derivados de la reducción de las importaciones de productos y tecnologías, como los beneficios directos, indirectos e inducidos derivados de la creación de cadenas de suministro locales, las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos de la NZIA generarían un retorno de la inversión de hasta 640.000 millones de euros totales desde ahora hasta el final de esta década.